CAPITULOS 3 Y 4

III

_ Esta misión es de las más incómodas que nos pudieron haber puesto. Mira que sacarle la savia a los árboles oscuros para crear antídotos no es algo fácil y que se haga todos los días. ¡No me gusta este lugar!

Esto lo dijo un muchacho alto, blanco, delgado, de cabellos oscuros y ojos azul mar.

_ No te preocupes Lucas, pronto recolectaremos los que nos hace falta y nos podremos largar de aquí.
_ Aunque no estoy de acuerdo Jeremy. Los Caballeros de la Luz no tenemos por qué estar haciendo esto. Hace dos años, cuando teníamos diecisiete y todavía estábamos en el Instituto talvez; ¿Pero ahora?
_ No te ofusques, ya casi acabamos. Te diré qué, acerquémonos al pantano, los árboles de ese lugar tienen más potencia que cualquier otro_ dijo mientras caminaba.
_ No pienso arrodillarme ahí, ¡Huele horrible!
_ ¡Yo lo haré si quieres! Tú busca en las raíces de los árboles aquellas que tengan un líquido verdoso rodeándolas, son las que desbordan la savia que buscamos.

Lucas empezó a caminar por entre los árboles del pantano y de repente, en un árbol no muy lejano vio algo que llamó su atención. Las raíces de aquel árbol tenían extrañamente una forma casi humana, se veían como una chica, sí, era una chica hecha de barro y madera. ¡Era increíble lo retorcidos que podían ser esos árboles! Pero de pronto, la figura movió una mano y se quejó. No eran las raíces de un árbol, ¡De verdad había una chica en ese lugar y estaba rodeada del líquido verdoso de la savia del árbol! ¿Cómo habría llegado allí? Lo que era seguro es que había que sacarla de ese lugar o moriría envenenada. Talvez ya lo estaba. No parecía que viniera del Mundo de la Oscuridad, porque esos seres son de aspecto repugnante. Parecía ¿Un hada? ¡Claro de momento no tenía alas! Se agachó y se decidió a sacarla del lugar. Como su ropa estaba hecha tiras y se encontraba casi desnuda, la envolvió en su capa.

_ ¡Jeremy, ven pronto! ¡Hay una persona aquí y creo que está muy grave! ¡Debemos llevarla al Instituto para que la curen!

Jeremy se acercó corriendo.

_ ¡No puede ser! ¿Cómo habrá llegado aquí? ¡Pobre chica! ¡Solo en el Instituto podrían curar tal caso de intoxicación! ¿Crees que sobreviva?
_ ¡No lo se, pero no debemos perder tiempo!

En el Instituto Unificado de la Luz no podían creer que la muchacha siguiera con vida. No sabían quién era, no podían identificarla con ningún conjuro.

_ Debe ser de alguna zona lejana del Mundo de la Luz. No sentimos ninguna energía oscura en ella. Seguramente venía al instituto y se perdió de alguna manera_ dijeron.

Y agradecieron a los dos jóvenes caballeros de la Orden de la Luz por haberla encontrado a tiempo y haberla traído con ellos.

_ ¿Podemos venir a visitarla cuando esté consciente? _ dijo Lucas.
_ ¡Por supuesto! _ contestó la maga que era la directora del Instituto.
_ No dejen de avisarnos cuando despierte_ dijo Jeremy.

Ambos se despidieron y se fueron a la sede de su Orden, el Templo de la Sagrada Iluminación.

IV

La chica despertó a los dos días, mientras Isaac, un elfo joven que era profesor de pociones del Instituto la cuidaba en la noche.

_ ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? _ dijo angustiada.
_ ¡Despertaste! ¡Tienes mucha suerte! El veneno de los árboles oscuros es capaz de matar a cualquiera en horas; para ser tan joven tienes mucha fuerza. ¿Eres un hada? ¿O talvez una maga?
_ Un hada, pero no creo que ahora pueda transformarme, me siento débil y mareada ¿Dónde estoy y quién eres?
_ Estás en el Instituto Unificado de la Luz, el colegio mágico de especialidades mágicas. Yo soy Isaac, el profesor de pociones de este lugar. Hoy me tocaba cuidarte por la noche. ¿Cómo te llamas? Nunca te había visto.
_ Me llamo… Alix.
_ ¡Muy bonito! Nunca lo había oído.
_ ¿No me tienes miedo?
_ ¿Por qué iba a tenértelo? Bueno, en un principio sí dabas miedo y no sabes lo que me costó preparar la poción con la que te limpiaron el veneno y el barro para restaurar tu piel. Creo que quedaste bastante bien.

Ella se llevó la mano a sus largos cabellos lacios.

_ ¡Son rojos! _ dijo suave.
_ Sí y muy bonitos por cierto, combinan muy bien con tus ojos azules.

Miró al elfo en cuestión. No aparentaba más de unos veinticinco años, pero con los elfos nunca se sabe, pueden vivir hasta trescientos años. Era alto, delgado, de ojos celestes clarísimos y cabellos rubios casi blancos largos y lacios. Era bello en verdad y su voz era varonil, suave y calmada.

_ ¿Qué hacías en el bosque? ¿Acaso venías al Instituto como alumna?
_ Sí… ¡Eso! No se qué paso exactamente.
_ ¡Pobre! No te esfuerces ahora, debes descansar. Te conseguiremos ropa nueva porque seguramente la tuya se hundió en algún lugar del pantano.
_ Yo puedo crear mi propia ropa. Pero… no tengo la magia suficiente ahora.
_ No te preocupes, te daré una pócima para que recuperes parte de tu poder cuando despiertes. Ahora debes descansar.

Le dió la pócima y se durmió tranquila. O al menos, eso pensó él. Ella cerró los ojos mientras penaba:

_ ¡No puedo creer que escapé de ese lugar! Eso consumió toda mi magia. No preví el haber caído en esa parte del bosque, hubiera muerto si no me sacaban esos chicos. He vuelto a ser como era antes, en el inicio, cuando era un hada. ¡No puedo creer que no recuerden mi nombre! … ¡Claro! Primero no me asocian con quien solía ser y segundo, han pasado cien años y creen que estoy atrapada en la dimensión neutra. ¡Cómo me costó salir de ese lugar! Toda la magia que tuve que reunir sin que lo notaran durante todo este tiempo, toda se fue prácticamente en mi escape… ¡Pero valió la pena! Ahora puedo ver que las cosas de momento no serán fáciles, pero, si logro reunir la cantidad de magia que ocupo, Neela volverá a surgir ¡Y todos me la van a pagar! Es increíble que no envejeciera, en fin, creo que es mejor pasar por una de sus estudiantes de diecisiete años, así no sospecharán… Estoy muy cansada, necesito dormir bien y recuperar fuerzas.