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miércoles, 22 de septiembre de 2010

CAPITULOS 7 Y 8



VII

Al día siguiente, las clases de Alix le resultaron bastante fáciles. El profesor Isaac, de pociones, hasta se mostró asombrado de que le saliera perfecta la poción de evanescencia ya que era una de las más difíciles y a casi nadie le salía bien la primera vez.
¡El profesor Isaac! ¡Cómo la miraba! Eran increíbles las cosas que imaginaba de ella en su mente y en su misma mente se reprochaba a sí mismo, porque ella era solo una de sus alumnas de diecisiete años, ¡Que clase de pervertido era! ¿No le daba pena acaso pensar tales cosas de una de sus alumnas? Debía reprimirse.
Esto, claro, hacía que Alix se gozara de pensar como su pobre profesor se torturaba con su imagen. Pero, por otro lado la hacía pensar que si bien es cierto, la magia de Lucas era fuerte, la de su profesor, siendo un elfo, lo sería más.
A la salida pudo notar claramente que sus compañeras y compañeros la observaban admirados. Leía pensamientos como: “¡Es muy bonita! ¡Es brillante! ¡Qué suerte tiene de estar viva! ¡Qué envidia me da!” y muchos otros más, pero no le importaba gran cosa lo que pensaran de ella, ¡No le había importado nunca! No le importaba ahora.
En el patio se sentó en una banca hasta que una chica se acercó a ella.

_ ¡Hola! Alix ¿Verdad? Yo me llamo Azalea. Estamos juntas en casi todas las clases. ¡No puedo creer que te haya salido perfecta! Debes ser muy aplicada. Mi dormitorio está a seis puertas del tuyo. ¿Vas a ir al baile? ¡Debes ir, va a estar grandioso! Yo iré con Jeremy, es uno de los Caballeros de la Orden de la Luz ¡Y es casi mi novio! ¿Irás?
_ Ya me invitaron y acepté_ respondió.
_ ¡Genial, nos vemos entonces ese día! Debo irme, allá veo a mi amiga Amarilis. ¡Amarilis, espérame!_ dijo acercándose.
_ Estabas hablando con la chica nueva. Alix, así es como se llama ¿Verdad? ¡Ella sí que es inteligente!
_ Te ves triste. Yo, total me fui con Jeremy el otro día y no te pregunté ¡Cómo te fue con Lucas?
_ ¡Ah! Ya le había pedido a alguien más que fuera con él al baile.
_ ¡Lo siento mucho! ¡Se que querías ir con él! En fin, creo que siempre debes ir, allá habrán muchos chicos con los cuales la puedes pasar bien.
_ ¡Bueno, si insistes iré! Tú tienes tanta suerte ¡Eres un hada! Yo en cambio solo soy una maga y jamás llegaré a verme tan hermosa como tú cuando te transformas… ¿Con quién irá Lucas? Seguramente será más bonita que yo, como esa chica Alix. Ella debe ser un hada de seguro.
_ Bueno… el otro día fue a buscarla a su cuarto.
_ ¿De verdad? ¡No puede ser!
_ Pero seguro que solo fue para ver cómo estaba. ¡Recuerda que él fue quien la salvó!
_ ¡Sí, seguro!

Lucas siguió viniendo a visitar a Alix los siguientes días, incluyendo el de la víspera del baile. Cada vez que besaba a Alix perdía un poco de su magia sin notarlo. Ella por su parte, se sentía diferente, extraña y atraída por Lucas. No había olvidado su deseo de venganza, pero se sentía rara; como si los besos de Lucas transmitieran, junto con la magia, un cariño extraño a ella, que la confundía a ratos. Lo cierto, aunque no quisiera admitirlo, es que en esos pocos días, le había tomado cariño a Lucas y ya no estaba tan segura de hacerle daño. Le gustaba estar con él y a ratos pensaba en que él sufriría mucho cuando supiera quién era ella en realidad y la viera transformada. Sabía por lo que leía en los pensamientos de Lucas que él la amaba de verdad y pensó algo que la extrañó de veras. Pensó en que talvez sería mejor retrasar su venganza un tiempo, para pensar mejor y con más claridad las cosas. Sí, estaba emocionada por ir al baile con Lucas. Sí, quería ir, porque iría con él.

“_Todo esto es confuso; extraño_ pensó_ Siento algo por Lucas. ¡Yo, que nunca he sentido amor por nadie! ¡Vaya broma!”

Pero aún así, sabía que las cosas podían pasar a más, eso si ella dejaba a Lucas, porque si por él fuera habrían pasado muchas cosas; ella las vio en su mente. Tenía una mezcla de excitación y temor ante este nuevo sentimiento.
¿Por qué se había vuelto malvada? No lo recordó y pensó que seguramente era su verdadera naturaleza.
Ahora era de noche y estaba muy cansada. Las clases de esos días habían sido largas, afortunadamente había logrado cumplir con todo, simplemente recuperaba sus poderes los cuales eran mayores que el nivel requerido para hacer los conjuros.
Solo esperaba con ansias el día siguiente, para poder ver a Lucas y estar con él en el baile.



VIII

Al día siguiente se levantó y pensó en cómo hacer su vestido. Con su magia podía usar casi cualquier cosa para la confección del mismo.
Tomó una vasija llena de agua y metiendo las manos en ella las subió con rapidez. El agua no se derramaba sino que se convertía en una tela azul celeste brillante que se convertía en un vestido según los movimientos de las manos de Alix. Al final, quedó un vestido ceñido en la parte de arriba y escotado, una falda amplia de dos capas y un chal del mismo color. Por último una cinta para el cabello y unas zapatillas como de cristal del mismo color. Todo combinaba perfecto con sus ojos y sus cabellos. Con gotas de agua que volvió sólidas y convirtió en cristales, se hizo una gargantilla y unos zarcillos. Se recogió parte del cabello con la cinta y se vistió. ¡Nadie hubiera creído que el vestido estaba hecho con agua! Era poco probable que alguien lo notara y en ese caso, ¡Nadie hubiera creído que ella fue la que lo hizo! Ya que eso era magia muy avanzada para su edad.
Cuando Lucas llegó a recogerla para llevarla al salón donde era la fiesta se quedó admirado de lo bella que era. Casi no podía creer que fuera su novia.

_ ¡Hoy te ves más bella que nunca!_ dijo.
_ ¡Gracias! Pero lo mejor es que estoy contigo ahora_ respondió Alix.

Cuando entraron al salón, todos los volvieron a ver. Desde los estudiantes del Instituto, hasta la comunidad elfa, las ninfas, las hadas, los magos, los profesores y algunos caballeros de la Orden de la Luz que estaban en el lugar.

_ ¡No lo puedo creer1 Lucas vino con Alix al baile. ¡Te lo dije Azalea, que él la escogería a ella antes que a mí!_ dijo con tristeza Amarilis.
_ No me imaginé que vendría con ella. ¿Tú sabías algo Jeremy?
_ No, nunca lo mencionó. Aunque sí se que ha estado saliendo todos los días y no dice nunca a dónde va.
_ ¿Crees que venía a verla a ella?
_ No lo sé, ya te lo dije. Últimamente ha estado muy callado.

En un punto determinado, Lucas y Alix salieron del salón y caminaron por los pasillos del primer piso del colegio. No se dieron cuenta de que Amarilis los seguía para ver qué hacían. Estaba dispuesta a convencerse por sí misma si había algo entre ambos o no. Detrás de una columna del pasillo comenzaron a besarse. Primero suave, luego con fuerza.

“_ ¡Dios! Él la ama a ella, ¡Ahora nunca se fijará en mí!”_ pensó Amarilis.

Esto bastó para que Alix abriera los ojos de golpe y se detuviera en seco.

_ Alguien nos está viendo Lucas, está por allá y creo que es Amarilis_ dijo.
_ ¿Qué hacemos? ¿Entramos de nuevo?
_ ¡No quiero, no ahora! ¿Qué hora es?
_ Las diez y treinta minutos.
_ ¿Cómo a qué horas termina este baile regularmente?
_ Como a la una.
_ Lucas, ¿Estás dispuesto a que las cosas entre los dos lleguen a otro nivel?
_ ¿A qué te refieres?_ dijo ansioso.
_ Al nivel que solo nos interesa a nosotros dos, donde hacemos cosas que nadie más tiene por qué enterarse. ¿Quieres?
_ ¡Claro que quiero! … Pero, ¿Estás segura? No quiero que te sientas presionada.
_ No lo estoy, pero siento que voy a reventar si no lo hago contigo esta noche.

Y diciendo esto, subieron al cuarto de Alix. Al entrar, ella cerró la puerta y señalándola dijo:

_“¡Cerratto!”.

Y la puerta se cerró con el conjuro; y dijo:
_ “¡Muttem!” … Ahora nadie puede abrir la puerta, solo desde adentro y no saldrá un ruido de este lugar, aunque gritemos a todo pulmón. ¡Nadie sabrá que estamos aquí!
_ ¡Eso es grandioso! ¿Dónde lo aprendiste?
_ En un libro que leí hace un año_ mintió. _ Siéntate en la cama, hay algo que quiero enseñarte antes. Es muy especial para mí, porque es la primera vez que me transformo en hada desde que llegué aquí, y quiero que seas el primero en verlo.

Juntó ambas manos y empezó a brillar, se veía el polvo de hadas reluciente formando un halo alrededor de ella. Al acabar su transformación se veía con sus cabellos sueltos, con una camisola corta y vaporosa de tela brillante semitransparente de color rosado. Era de manga larga y solo llevaba por debajo unas bragas de la misma tela. Para terminar el arreglo unas zapatillas como de ballet del mismo color con cintas que se ataban hasta la rodilla, también brillantes y rosadas. Un olor a rosas recién cortadas se extendió por el cuarto. Sus alas grandes y bellísimas como las de un ángel, transmitían una luz rosada y el brillo del polvo de hadas que soltaban era maravilloso.

_ ¿Cómo me veo?_ preguntó.
_ ¡Eres el ser más bello y perfecto sobre la faz de la tierra! ¡Te amo! Estoy muy feliz y orgulloso de que seas mi novia.
_ Yo también te amo_ dijo.
_ ¿Habías hecho esto antes?
_ No, la verdad no. ¿Y tú?
_ No, aunque si he oído a algunos compañeros comentando al respecto… También he visto libros… Tú sabes, con imágenes.
_ ¡Ah, ya veo! … ¿Sabes qué? No me importa, entre los dos llevaremos a cabo la “tarea”.

Alix se volvió a transformar para poder guardar sus alas y comenzó a desvestirse despacio, con timidez. Lucas por su parte hizo lo mismo. Casi no se atrevían a mirarse. Él se acostó sobre ella y empezó a besarlo, primero en sus labios, después en el resto de su cuerpo. Casi no se atrevía a tocarla y sin embargo lo hacía y ella hacía lo mismo con él, ambos perdidos en los ojos del otro. El corazón les latía con fuerza. Un calor generado por ambos los abrazaba. Entonces él entró en ella. Ambos se movían rítmicamente, primero despacio, luego más rápido. Ella entrecerró los ojos. Estaba muy agitada y muy confundida. ¿Sería que de verdad amaba a Lucas? ¡No lo sabía!

_ ¿Te estoy haciendo daño? _ preguntó él asustado y preocupado.
_ No, para nada. ¡Sigue!_ dijo ella_ ¡Me gusta como me haces sentir!
_ Siento que se me va a salir el corazón del pecho. Es una emoción demasiado intensa, como si fuera a explotar en mil pedazos. ¿Tú sientes lo mismo?
_ Sí ¡Y se siente increíblemente bien!

Y siguieron hasta que llegaron al clímax. Alix se quedó quieta, como si no pudiera creer que todo esto acabara de pasar. De verdad le había gustado estar con Lucas. Él la hacía sentir… diferente y única. Y se dio cuenta de que sí tenía sentimientos por Lucas, y que definitivamente él no entraría en su plan de venganza.
Ni qué decir de la cantidad de magia que esto le dio. Elevó sus niveles a un punto máximo. Un poco más y podría recargarse totalmente para transformarse en quien era realmente.
Lucas por su parte también estaba maravillado. Esto se salía de cualquiera de sus esquemas. Esa chica que estaba a su lado la amaba lo suficiente como para haberse entregado a él; era su mujer y nadie podría arrebatarle lo vivido esa noche. La amaba tanto sin siquiera conocerla, pero no le importaba. Solo ella llenaba su mente de esa manera y lo hacía sentir hombre en ese aspecto. ¡No podía creerlo! Fue una suerte que la hubiera encontrado y que no muriera porque ella había venido a completarlo. Algún día, seguramente, ella sería su esposa (porque él ya no podía separarse de ella, ¡Eso ni soñarlo!) y formarían una familia.

_ ¿Sabías que iba a ser así?_ dijo Lucas.
_ ¡No! No tenía idea. Yo siento que…
_ Yo te amo Alix, de veras lo digo.
_ Yo también te amo Lucas… ¿No te ha pasado que alguna vez deseaste no saber algo, porque después de saberlo no hay vuelta atrás?
_ Si, pero… ¿Por qué lo dices? ¿Es por mí? ¿Hice… algo mal?
_ No tú eres perfecto. No tienes nada malo, es solo algo que se me ocurrió de momento y que no tiene nada que ver con esto.
_ ¿Te arrepientes de haberlo hecho conmigo?
_ ¡No! ¡Eso nunca! No vayas a pensar eso. ¡Esto ha sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo! ¡Créeme! … Es más; tenemos tiempo ¿Verdad? ¿Quieres hacerlo una vez más? ¡Déjame probar a mí esta vez!

Lucas sonrió cuando Alix lo besó y se subió a horcajadas encima suyo.

_ ¡Esta vez, yo iré arriba! ¿Quieres saber cómo se siente hacerlo con un hada?

Y dicho y hecho comenzaron a tener sexo de nuevo, esta vez por más de una hora.
Antes de diera la una, se vistieron y bajaron a la fiesta, que estaba por concluir. Como Alix lo había previsto, nadie había notado que no estaban, o al menos eso creían, porque Amarilis sí lo había notado y aunque no estaba segura, casi sospechaba que habían entrado al Instituto, al cuarto de Alix.
Al terminar la fiesta Lucas se despidió de Alix y le prometió que vendría a visitarla en unos días. Cuando la besaba de despedida llegó Amarilis y los vio; aunque no solo ella; desde un extremo del jardín el profesor Isaac los miraba también, con algo de desilusión que no sabía cómo explicar en su ética.

“_ Es una de tus estudiantes y ese es su novio_ pensó_ Es natural que se gusten, después de todo ¡Él la salvó! Y ella solo te ve como un profesor… ¿Y si no fuera así? ¡No! ¡Olvídalo! ¡No puedes! ¡Ella es muy joven aún! No se fijaría en ti nunca de esa forma. ¡Resígnate y déjala ir! ¡Ella no será para ti nunca!”

Alix llegó a su cuarto y se tiró en su cama dispuesta a dormirse. Esta noche era algo único en su historia y no la olvidaría nunca. Al acostarse en su almohada, sintió el olor de Lucas en ella, y en sus sábanas. Cerró los ojos y Lucas vino a su mente. ¡Sí, de verdad lo quería! Podría pasar toda su vida con él y ser feliz, pero… ¿No cumpliría con su misión? ¿Tan importante era? ¡Sí! ¡Ellos debían pagar! Pero ahora solo quería descansar. Esa noche durmió feliz soñando con Lucas y con un estilo de vida totalmente contrario a su naturaleza. Sería grandioso que el sueño fuera verdad, pero no se cumpliría nunca; ¡Ella simplemente no era así!

“_ Lucas, dame sueño_ pensó_ Ayúdame a dormir en paz esta noche!


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