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martes, 10 de febrero de 2015

EN MEMORIA DE ABUELA AHIDE


Tomado de mi cuento Cuando éramos eternos.

"(...) Pienso… El tiempo pasa, y solo quedan recuerdos de la gente que amamos. Son a colores o grises según los veamos. Hay gente que llega y gente que se va. Lo único que podemos hacer entonces es amar con todo nuestro corazón y recordar los días en que fuimos felices, cuando una beso, una caricia o un abrazo se convertía en todo nuestro mundo si venía de la persona correcta, y es entonces cuando se da ese precioso momento donde podemos casi tocar con la punta de los dedos un pedacito del cielo que esperamos merecer.

Dejamos ir entonces las cosas malas y el veneno que recibimos de otros porque nuestro corazón debe sanar de alguna manera para seguir adelante, para seguir diciéndonos a nosotros mismos que estamos bien y creérnoslo con el tiempo hasta que se convierta en nuestra realidad.

Lloramos cuando nos damos cuenta de que el tiempo no volverá atrás y no recuperaremos lo que teníamos y algún día talvez perdamos lo que tenemos. Ese es talvez nuestro mayor temor, al cual lo ponemos en una pequeña caja dentro de nosotros, el que siempre se encuentra ahí, y hace que cuando pensamos en él nos cueste respirar y nos duela; y pasa que no nos atrevemos a mirar más que de vez en cuando, aunque siempre sabemos y estamos conscientes de su existencia y que será realidad algún día. Es por eso que debemos vivir al máximo para completar nuestra vida, para iluminar a otros. Para demostrar siempre que sin importar cuan molestos, cansados o tristes que estemos aún existe amor en nosotros para dar. La consigna es no rendirse nunca.

Vivimos eternamente en un beso dado, o en un cuadro en memoria de una tarde de  verano cuando sonreímos al sol.

Mi vida es algo maravilloso. Desearía que nunca termine, pero se que no será así; y es entonces que comprendemos que somos eternos en las huellas que dejamos en otros, en el amor con el que marcamos a las personas con las que vivimos.

Ese día, al final, estaremos completos y podremos sonreír porque seremos recordados y estaremos vivos por siempre, gracias al amor que algún día profesamos a otros.(...)"
En memoria de abuela Ahide

martes, 27 de enero de 2015

UN POEMA QUE ME ENCANTA


 Este es uno de mis poemas favoritos, siempre me hace pensar en esa persona especial que tengo a mi lado y por eso decidí compartirlo acá.

 


Llénate de mí.
Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.
Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.
Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora,
Soy el que pasó saltando sobre las cosas,
el fugante, el doliente.

Pero siento tu hora,
la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,
la hora de las ternuras que no derramé nunca,
la hora de los silencios que no tienen palabras,
tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,
tu hora, medianoche que me fue solitaria.

Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.
Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.
Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.
No, no quiero ser esto.
Ayúdame a romper estas puertas inmensas.
Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.
Así crucificaron mi dolor una tarde.

Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.
Mi corazón no debe callar hoy o mañana.
Debe participar de lo que toca,
debe ser de metales, de raíces, de alas.
No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,
no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.

No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.
Entonces gritaría, lloraría, gemiría.

No puede ser, no puede ser.
Quién iba a romper esta vibración de mis alas?
Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué? palabra?
No puede ser, no puede ser, no puede ser.
Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.

Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva.
De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste.
Tienes de mí ese sello de avidéz no saciada.
Desde que yo los miro tus ojos son más tristes.
Vamos juntos. Rompamos este camino juntos.
Ser? la ruta tuya. Pasa. Déjame irme.
Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme.
Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.

Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,
inundando las tierras como un río terrible,
desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos,
destrozando,
quemando,
arrasando
como una lava loca lo que existe,
correr fuera de mi mismo, perdidamente,
libre de mí, Curiosamente libre.
¡Irme, Dios mío, irme!


Y RECUERDEN SIEMPRE:


FELIZ SEMANA!!!