I
Después de actuar en la última función de aquella noche como Nora en “Casa de Muñecas” quedé tan exhausta que solo pude llegar a mi departamento y pensar en tirarme en mi cama a dormir. Jamás me imaginé que esa misma noche, en mi alcoba iba a llegar a conocerte, nunca habría podido prever tu visita.
Fue como a eso de las 2 a.m. que un ruido me despertó, no había nadie en el cuarto; mi ventana estaba en el tercer piso y sin lugar a dudas el ruido venía de mi armario, ahí mismo, en el cuarto.
Me incorporé y como el ruido cesó, no le di importancia y entrecerré los ojos. Al volver a abrirlos te vi entonces, a los pies de mi cama, mirándome fijamente con una mezcla de incredulidad y admiración, como si nunca hubieras visto a una mujer (después comprendí que nunca habías visto a una como yo y menos vestida como estaba yo) como si no supieras cómo actuar y qué decir.
Vestías de una manera extraña, como vestiría alguien de un período por 1920. Simplemente, no salía de mi asombro.
_ ¿Quién eres y qué haces en mi cuarto?, ¿Cómo entraste aquí?
_ Me llamo Joel, Joel Knox ¿Quién eres tu?, ¿Qué época es esta?, ¿Dónde estamos?
_ Estamos en Canadá, es el año 2005. Mi nombre es Sarah Craven.
_ No puedo creer que haya funcionado.
_ ¿Funcionar qué?
_ Esta puerta, la de tu armario; concuerda con la puerta del armario contiguo a mi cuarto, en el tercer piso de mi casa. Soy inventor, siempre estoy inventando cosas que no funcionan, es por eso que esta vez decidí probar mi nuevo invento de noche y en mi armario, para que si fallaba no se rieran de mi otra vez. Es un aparato para conectar dimensiones que se coloca en el marco de una puerta. En mi época es 1919 y de solo ver, las cosas son demasiado diferentes.
_ ¿Cuánto dura abierto el portal?
_ Todo el tiempo, mientras esté pegado a la puerta. ¿Te gustaría venir a mi mundo?
_ ¿Qué haría yo en el pasado?
_ Conocerías cómo era el mundo antes. Te presentaría a mi familia. Vivimos mis primos, mi hermano, unos amigos que están de visita y yo en la casa de una tía abuela. Pasarías el verano con nosotros. ¿Es que acaso tus padres no te dejan?, ¿O tu trabajo?, ¿En qué trabajas?
_ Por mis padres no hay problema, ellos viven en Canadá pero cerca de Alaska; yo vine aquí cuando tenía quince años, hace tres, para ser actriz. Mi trabajo era en una obra durante la primavera y esta ha terminado. Pensaba darme unas vacaciones.
_ ¿Eres actriz entonces? Brandon, uno de mis amigos que está en la casa es un actor. ¡Vamos!, ¿Qué tienes que perder? Te prometo que te divertirás y tendrás tu propia habitación. Ven conmigo.
_ Está bien; pero déjame alistar algo de ropa; creo que me llevaré mis vestuarios de la obra ya que la mayoría de mi ropa no calza con la que hay en tu época y podría escandalizar a la gente. No lo niegues ni seas condescendiente, ahora mismo te veo apenado cada vez que miras lo que llevo puesto.
Después de actuar en la última función de aquella noche como Nora en “Casa de Muñecas” quedé tan exhausta que solo pude llegar a mi departamento y pensar en tirarme en mi cama a dormir. Jamás me imaginé que esa misma noche, en mi alcoba iba a llegar a conocerte, nunca habría podido prever tu visita.
Fue como a eso de las 2 a.m. que un ruido me despertó, no había nadie en el cuarto; mi ventana estaba en el tercer piso y sin lugar a dudas el ruido venía de mi armario, ahí mismo, en el cuarto.
Me incorporé y como el ruido cesó, no le di importancia y entrecerré los ojos. Al volver a abrirlos te vi entonces, a los pies de mi cama, mirándome fijamente con una mezcla de incredulidad y admiración, como si nunca hubieras visto a una mujer (después comprendí que nunca habías visto a una como yo y menos vestida como estaba yo) como si no supieras cómo actuar y qué decir.
Vestías de una manera extraña, como vestiría alguien de un período por 1920. Simplemente, no salía de mi asombro.
_ ¿Quién eres y qué haces en mi cuarto?, ¿Cómo entraste aquí?
_ Me llamo Joel, Joel Knox ¿Quién eres tu?, ¿Qué época es esta?, ¿Dónde estamos?
_ Estamos en Canadá, es el año 2005. Mi nombre es Sarah Craven.
_ No puedo creer que haya funcionado.
_ ¿Funcionar qué?
_ Esta puerta, la de tu armario; concuerda con la puerta del armario contiguo a mi cuarto, en el tercer piso de mi casa. Soy inventor, siempre estoy inventando cosas que no funcionan, es por eso que esta vez decidí probar mi nuevo invento de noche y en mi armario, para que si fallaba no se rieran de mi otra vez. Es un aparato para conectar dimensiones que se coloca en el marco de una puerta. En mi época es 1919 y de solo ver, las cosas son demasiado diferentes.
_ ¿Cuánto dura abierto el portal?
_ Todo el tiempo, mientras esté pegado a la puerta. ¿Te gustaría venir a mi mundo?
_ ¿Qué haría yo en el pasado?
_ Conocerías cómo era el mundo antes. Te presentaría a mi familia. Vivimos mis primos, mi hermano, unos amigos que están de visita y yo en la casa de una tía abuela. Pasarías el verano con nosotros. ¿Es que acaso tus padres no te dejan?, ¿O tu trabajo?, ¿En qué trabajas?
_ Por mis padres no hay problema, ellos viven en Canadá pero cerca de Alaska; yo vine aquí cuando tenía quince años, hace tres, para ser actriz. Mi trabajo era en una obra durante la primavera y esta ha terminado. Pensaba darme unas vacaciones.
_ ¿Eres actriz entonces? Brandon, uno de mis amigos que está en la casa es un actor. ¡Vamos!, ¿Qué tienes que perder? Te prometo que te divertirás y tendrás tu propia habitación. Ven conmigo.
_ Está bien; pero déjame alistar algo de ropa; creo que me llevaré mis vestuarios de la obra ya que la mayoría de mi ropa no calza con la que hay en tu época y podría escandalizar a la gente. No lo niegues ni seas condescendiente, ahora mismo te veo apenado cada vez que miras lo que llevo puesto.