jueves, 4 de noviembre de 2010
CAPITULOS 19 Y 20
XIX
Tres semanas después, un día en la noche mientras llovía, Amarilis abrió sus ojos en su cama de la enfermería. Estaba sola y le tomó un rato darse cuenta de dónde estaba. Las últimas palabras de Alix retumbaron en su cabeza. ¡Alix! Alix era Neela, la hechicera oscura, ¡Y Lucas lo supo todo el tiempo! Además había dejado a Lucas por el profesor Isaac y seguramente, ¡Él también sabía quién era ella!
De momento, pensó en contarlo todo, pero después, pensándolo mejor, decidió ser discreta. Era mejor buscar venganza contra ella, Alix o Neela, daba igual. Quería dañarla, pero para eso debía observar bien. Delatarla era algo muy fácil, solo la expulsarían, y talvez sería solo porque se había acostado con un profesor, porque talvez nadie le creería. Talvez le tomaría un tiempo más, pero ¡Estaba decidido, se vengaría de ella a toda costa! Pero ahora, necesitaba dormir, ¡Dios sabría cuanto tiempo había estado inconsciente, pero estaba muy cansada!
Al día siguiente se despertó como cualquier día. La enfermera estaba muy feliz de que hubiera despertado y de que aparentemente no tuviera ningún daño, y lo comunicó a la rectora.
Pronto la noticia se extendió y algunos compañeros y compañeras fueron a visitarla a la enfermería. Azalea fue una de las primeras que llegó.
_ ¡Amarilis, gracias a Dios que ya estás bien! ¡Me tenías tan preocupada!... ¡Te lo dije! ¡Que te fijaras en las escaleras porque la alfombra que las cubre estaba floja! Y Luego te caíste… ¡Y yo sentía que casi me moría!_ dijo llorando de la emoción.
_ ¡Tranquila, ya estoy bien!_ dijo sin estar muy emocionada_ ¿Hace cuanto que estoy aquí?
_ Poco más de dos meses_ dijo Azalea_ Pero lo que importa es que ya estás bien. ¿Cuándo puede irse a las habitaciones?_ preguntó Azalea a la enfermera.
_ Si todo sale bien mañana podrá irse. Prefiero que pase la noche aquí, solo para estar bien segura de que todo está bien.
Al rato las personas empezaron a irse y Amarilis quedó sola.
Al amanecer siguiente, la enfermera le dio la salida a Amarilis que estaba despierta desde temprano. Ella tomó la ropa suya que estaba en la enfermería y se cambió. Desde un ventanal vio a Alix leyendo en uno de los jardines. Era muy temprano y casi se podría decir que todo estaba desierto.
Amarilis bajó al jardín y caminó hacia Alix. Cuando llegó frente a ella, le llamó la atención que se acariciaba el vientre con cariño y que estaba tan concentrada en la lectura que ni siquiera se había percatado de que ella estaba ahí.
Se fijó en el libro que ella estaba leyendo: “Expectativas de vida”. ¿Por qué? Acaso ella estaba… ¡Oh sí, estaba embarazada! Pero la verdad, no creía que fuera de Lucas, no se le notaba su embarazo, era seguro muy reciente; debía ser del profesor.
_ ¡Mírate, leyendo tan tranquila! ¿No deberías estar planeando cómo destruir el mundo o algo por el estilo?
_ Amarilis_ dijo secamente Alix bajando el libro y mirándola sin sorpresa, como si mirara una hoja caer de un árbol_ ¿Con que ya despertaste? ¿Y sigues igual de fastidiosa? ¡No desperdicies tu tiempo conmigo, que según creo, ya te tomaste unas merecidas y extensas vacaciones!_ dijo Alix sonriendo_ ¿Por qué no te vas?
_ ¡Porque quiero que sepas que me voy a vengar de ti!
_ ¡Uuuy, qué miedo! ¿Cómo? ¿Vas a delatarme?_ dijo Alix burlándose.
_ ¡Talvez lo haga!
_ ¡Y no podrás probar nada! ¡Eres tan triste y tan patética que me das lástima!
_ ¿A qué te refieres? ¡Eres la hechicera oscura y lo sabes!_ dijo Amarilis furiosa.
_ ¡No, ya no lo soy! Para que te enteres, Isaac hizo el conjuro, ¡Sí, el conjuro, como con el que me detuvieron hace cien años! Lo hizo y limpió la oscuridad que había en mí. Es maravilloso cuando alguien te ama de esa manera, ¿Verdad? ¡Ah, se me olvidaba! ¡Tú no sabes lo que es eso!... En fin, ¡No hay más hechicera oscura! ¿De qué me vas a acusar? ¿De estar con un profesor? ¡Quiero ver cómo lo pruebas!... ¿De haber cortado con Lucas? ¡No lo creo!... ¡Es más! ¡Seguro que tú no sabes que decidió recomenzar su vida con alguien más! ¡Aunque según dijo en su carta, aún me ama! ¿Qué vas a hacer en mi contra? ¡No puedes hacer nada!
_ ¡Yo se que tú me empujaste por las gradas!
_ Sí, pero ¿Sabes qué? ¡Nadie me vio hacerlo! Yo estaba en otro lado, y por lo que a todos concierne, tú solo fuiste estúpida y te caíste por las gradas por ser tan tonta que no te fijaste en que la alfombra estaba suelta… Te voy a dar un consejo: ¡No me fastidies más! Que aunque no sea Neela, sí recuerdo los conjuros y hechizos; no querrás tener otro accidente, ¿Verdad?... ¡No te descorazones! ¡Si me dejas en paz, no te haré nada!_ dijo finalmente Alix.
Y sin prestarle más atención, volvió a abrir el libro y siguió leyendo tranquilamente, ignorando por completo a Amarilis.
Esta, ahogada de la cólera se fue del lugar. Sí, ahora más que nunca estaba segura de su venganza. Ya sabía cómo. Tenía la ventaja de saber que ella estaba esperando un hijo. ¡Sería terrible, espantosa!... Y sí, Isaac le ayudaría a destruirla porque ese era su deber como miembro del Consejo. ¿Dónde encontrar un conjuro oscuro tan poderoso? ¡Claro, la biblioteca! Ahí habían libros de casi todo tipo y como no había casi nunca gente, nadie la molestaría en su búsqueda, o se daría cuenta cuando se llevara el libro. Se rió en sus adentros. ¡Su plan sería perfecto! ¡Sería el final de Alix!
XX
Una semana después de su encuentro con Amarilis, después de clases, Alix caminaba con Azalea hacia el jardín principal. Era el recreo general y todos los estudiantes se reunían para hablar en ese lugar. Estaban camino a una de las bancas del jardín conversando muy alegres, cuando Alix sintió un dolor muy fuerte en la cabeza, en el pecho y en el abdomen; tan fuerte que se le cayeron los libros y cayó de rodillas al piso.
_ Alix, ¿Estás bien?_ dijo Azalea preocupada.
Era un dolor que la quemaba por dentro; sentía como un veneno la recorría por dentro y sin que fuera su voluntad se había transformado en hada.
_ ¡Dios, Alix! ¿Qué te pasa?_ decía Azalea preocupada.
En esto sintió que su cuerpo cambiaba. Dos lágrimas amargas, oscuras recorrieron sus mejillas y vio que su cabello empezaba a volverse negro.
_ Azalea… ¡Azalea, busca a Isaac rápido, dile que venga!_ dijo Alix con voz entrecortada.
_ ¿A Isaac?_ preguntó Azalea haciendo memoria para ver quién era Isaac, porque sabía que Alix tenía novio, pero no sabía quién era y no recordaba el nombre de todos los compañeros. ¡Justo ahora que lo necesitaba!
_ A Isaac… el profesor de pociones. Dile que venga rápido Azalea, ¡Que me urge que venga!_ dijo.
_ ¡Tranquila! Ya lo llamo_ dijo y se fue corriendo a buscarlo.
Alix siguió transformándose en Neela sin poder evitarlo; ante los ojos de horror de todos, su cabello se hizo negro definitivamente y sus labios se volvieron negros, aparecieron las marcas negras bajo sus mejillas, su ropa había cambiado y habían empezado a cambiar sus alas.
Azalea entró casi sin aire al salón de clase y encontró al profesor acomodando unos libros sobre el escritorio.
_ ¡Profesor! ¡Profesor! ¡Venga rápido! ¡Algo le pasa a Alix y me dijo que lo buscara a usted!
_ ¿Qué pasa Azalea? ¿Ella está bien?_ dijo Isaac asustado.
_ ¡Venga rápido, por favor!_ dijo ella suplicante.
Cuando Isaac llegó al jardín encontró a muchos corriendo, a otros gritando. Aquello era un pánico colectivo. Cuando llegó a donde estaba Alix, se detuvo de golpe. Ella se había transformado en Neela y por supuesto todos estaban espantados.
_ ¡Es la hechicera oscura!_ dijo llorando del miedo Azalea_ ¡Alix es la hechicera oscura!
_ ¡Azalea retírate! ¡Vete con todos ellos!_ dijo Isaac_ ¡Esto talvez se ponga mal!
_ ¿Qué va a hacer profesor?_ dijo.
_ ¡Voy a intentar hablar con ella! ¡Vete, que aquí no es seguro!_ le dijo.
Acercándose a Alix la miró asustado.
Ella levitaba y estaba como en trance y no podía moverse o hablar. Ella no entendía el por qué de su transformación, buscaba en todos lados el origen y en eso, en voz baja, oyó a Amarilis cantar el conjuro oscuro.¡Ella era la que la había hecho transformarse en Neela! Y no solo eso, ¡Iba a controlarla por completo! Si esto pasaba estaba perdida, porque quién sabe qué la iba hacer realizar contra su voluntad. Lo peor era que esa estúpida no sabía que como Neela era tan fuerte, ella no podría detenerla nunca porque no tenía la magia suficiente para hacerlo. Intentarían matarla, mataría a muchos y luego… ¡Su bebé! Al dañarla a ella lo matarían, porque tendrían que matarla ya que el conjuro estaría incompleto porque Isaac ya lo había hecho y no podía repetirlo en tan poco tiempo. Miró hacia abajo y vio a Isaac. Él no sabía qué decir del miedo.
“_ Isaac_ él oyó la voz de ella en su cabeza_ Isaac, busca a Amarilis, ella es quien me está haciendo esto. Debes detenerla, porque una vez que me convierta del todo y me ciegue, no se que sea capaz de hacer. ¡Rápido! ¡No queda mucho tiempo”.
Isaac entró rápido a buscar a Amarilis y en lo que iba entrando lo llamaron los miembros del Consejo, por lo cual no pudo buscar a Amarilis. La rectora había mandado a buscar a los Caballeros de la Orden de la Luz debido al inminente peligro que la hechicera oscura conllevaba. Antes de salir, Jeremy envió un mensaje mágico a Lucas que decía lo siguiente:
“Lucas amigo, tienes que venir pronto. Alix era la hechicera oscura. ¿Te lo imaginas? Parece ser que se ha transformado en la escuela y nos están convocando a todos los de la Orden.
Lucas, ¡Yo se que ella era la chica que estaba contigo la noche antes de irte de aquí!
Talvez si te viera, entrara en razón y no haría nada.
Tu amigo:
Jeremy”.
El mensaje llegó puntual y Lucas se puso en camino, sin importar cuanto rogara su nueva novia que no fuera.
_ ¡Va a matarte!_ dijo desesperada.
_ ¡No, no lo hará! Ella necesita mi ayuda y no puedo fallarle; y después volveré a ti.
_ ¿Tanto te importa?... ¡Es ella! ¡Ella es la otra chica a la que tú amas! ¡La que te dejó!
_ ¡Sí, es ella! ¿Y qué? Te prometo que volveré. De todas maneras, ella no me quiere… y yo me he propuesto formar una nueva vida contigo. ¡Yo te quiero! ¡No temas, que yo volveré aquí contigo!_
Y sin decir más se fue.
Mientras tanto el Consejo se reunía. Para estas alturas Alix era Neela otra vez y estaba totalmente fuera de control destruyendo cuanto se encontraba a su paso e hiriendo gente a diestra y siniestra solo por placer de hacerlo.
_ La alumna Alix es la hechicera oscura. Debemos detenerla a toda costa. Los Caballeros de la Orden de la Luz pronto intentarán hacerse cargo de ella_ dijo la rectora con seriedad solemne.
_ ¡No!_ gritó Isaac_ Ella no sabe lo que hace y está embarazada. ¡No le hagan daño!
_ Aunque eso sea cierto, debemos hacer lo posible por neutralizarla de una vez y para siempre_ dijo otro de los miembros.
_ Debemos hacer el conjuro que se hizo hace cien años_ dijo un mago.
_ Yo… No puedo hacerlo_ dijo Isaac.
_ ¿Por qué?_ preguntó la rectora.
_ Porque yo lo hice hace poco tiempo. Cuando supe que ella era Neela, lo usé para purificarla.
_ ¿Por qué harías eso? ¡Ella intentó matarte cuando eras niño! ¡Mató a muchas personas, por cierto!_ dijo una de las elfas del Consejo molesta.
_ Porque… ¡Yo la amo!_ dijo Isaac apenado viendo al piso_ Y lo cierto es, que si la señorita Amarilis no hubiera hecho un conjuro para llenarla de oscuridad y según ella poder controlarla, ¡Mi conjuro hubiera funcionado totalmente!
_ ¿Qué tiene que ver Amarilis en todo esto?_ dijo la rectora.
_ ¡Ella la odia! Porque fue novia de Lucas, de los Caballeros de la Orden de la Luz ¡Y Amarilis estaba enamorada de él!_ dijo Isaac.
_ ¡Es una tonta!_ repuso la rectora_ ¡La hechicera oscura tiene una magia poderosa e incontrolable! ¡Ninguno de nosotros puede controlarla, y menos una estudiante!
_ ¡Tú estás loco!_ dijo la elfa muy enojada_ ¿Cómo pudiste amarla? ¡Ella casi te mata, casi destruye todo! Además, ¡Era una de tus estudiantes! ¿Cómo te atreviste? ¡Apuesto a que ese bebé es tuyo! ¿Qué no tienes moral? ¡Tú sabías quien era y nunca le informaste al Consejo, como era tu deber!
_ ¡Ya basta!_ dijo la rectora_ ¡No es hora de recriminaciones! Además, Neela siempre ha tenido fuertes poderes de sugestión. ¿Se les ha ocurrido que talvez el profesor cayó en uno de sus hechizos? Yo no puedo culparlo, ¡Porque todos sabemos que ella es capaz de todo para llevar a cabo sus propósitos!
Isaac se sentía apesadumbrado, pero sabía que no había tal hechizo. Él la había amado porque estaba en su ser amarla.
_ ¿Qué podemos hacer ahora?_ dijo un mago.
_ ¡Haremos el conjuro!_ dijo la rectora_ ¡Esperemos en Dios que sirva! Alguien debe aplicárselo y si sale bien, la encerraremos para siempre en lo más profundo de la Dimensión Intermedia y esta vez tendrá guardianes vigilándola día y noche.
_ ¿Quién lo llevará?_ dijo la elfa.
_ ¡Yo lo haré!_ dijo Isaac.
_ ¡No confío en ti! ¿Y si ella te arrebatara el conjuro? ¡Tú serías capaz de dejarla!
_ ¡No pasará tal cosa! Además, talvez a mí no me haga daño_ dijo Isaac.
_ ¡Señora!_ dijo alguien volviéndose a la rectora_ El conjuro localizador dice que la señorita Amarilis está en la Biblioteca Sagrada y en efecto tiene en sus manos uno de los libros negros de la colección prohibida.
_ Isaac, ¿Crees en verdad poder detenerla?_ dijo la rectora volviéndose a él.
_ ¡Sí! ¡Lo intentaré aunque me cueste la vida! En parte, me siento responsable por esto, Y si alguien va a morir en manos de ella por aplicar el conjuro, ¡Es mejor que sea yo!
Los miembros del Consejo realizaron el conjuro y se lo dieron a Isaac. Este hizo desaparecer la esfera mágica en su mano y salió del lugar dispuesto a todo. Al salir del lugar donde estaba, dio con uno de los jardines donde los Caballeros de la Luz atacaban con todo lo que tenían a Neela, y hubo un momento en que casi la derriban, cuando el arma de uno de ellos logró herirla en un brazo y cerca del pecho.
_ ¡No! ¡No la lastimen!_ gritó Isaac_ ¡Ella tiene a mi bebé adentro! ¡No la maten!
Ante esto, Jeremy que estaba cerca, casi no podía creer lo que acababa de oír. Isaac, ¡El profesor Isaac! ¡Por él era que Alix o Neela, quién diablos fuera, había dejado a Lucas! Esto seguro Lucas no lo sabía. Aprovechando el momento de distracción, Neela voló alto y en eso una vez más oyó en su cabeza la voz de Amarilis, que decía un hechizo para intentar controlarla. La oscuridad ya la había cegado por completo y sus poderes estaban al máximo. Esa voz la molestaba, ¡Iba a callarla de una buena vez!
Buscó con su mente y vio a la chica que decía el conjuro con un libro negro parada en la Biblioteca Sagrada, esa zona con techo de cristal.
Sin pensarlo dos veces dejó salir de sus manos dos esferas de energía oscura. Una salió disparada hacia el techo de cristal que voló en mil pedazos, lastimando a Amarilis que ante las cortadas en su piel, soltó el libro negro; y la otra, salió disparada hacia los Caballeros de la Orden de la Luz que murieron en un instante, ante los gritos desesperados de todos los que se escondían en el colegio y en especial de Azalea, que sin importarle nada en absoluto y sin medir el peligro, se fue hasta donde estaba el cadáver de Jeremy y lo abrazaba llorando desesperada.
Las carcajadas de Neela se oían en el aire.
Luego, sobrevoló el colegio hasta la parte más alta, hasta llegar sobre la biblioteca.
Isaac acababa de llegar al lugar, pero Neela no le dio importancia, miraba con odio y actitud burlona a Amarilis.
_ ¿Así que tú eres la estúpida que me devolvió mis poderes? ¡Gracias! ¡Qué considerada! ¡Como premio, voy a matarte rápido, esa será tu recompensa!
_ No podrás, el hechizo del libro está casi completo. ¡Una vez que lo termine tú me obedecerás en todo!
_ ¿Cuál libro?_ dijo Neela_ ¿Te refieres a ese?
Y apuntándolo con el dedo el libro se quemó y se redujo a cenizas en tan solo un instante.
_ Supongo que no sabrás que mi magia es ilimitada. ¡Nadie nunca pudo controlarme ni lo hará! ¡Yo soy la Oscuridad inicial, el origen de la Maldad! ¡Yo he absorbido criaturas oscuras muy poderosas con la misma facilidad con que tú tomarías agua! ¡No tienes idea de mi poder!
“_ Está totalmente cegada por la oscuridad y la maldad”_ pensó Isaac.
_ ¡Sí, en eso tiene razón profesor!_ dijo volviéndose hacia él y haciéndolo levitar, atrayéndolo hacia sí_ Y eso es lo que me hace ser el único Ser que merece gobernar esta porquería que ustedes llaman mundo.
Y levantando su mano el cielo se volvió oscuro, como si fuera media noche, solo que las estrellas no se veían por ningún lado. Fuertes oleadas de energía maligna corrían por todas partes como ráfagas de viento, destruyendo y resquebrajando todo lo que se encontraba a su paso.
_ ¡Creo que yo te conozco!_ dijo mirando a Isaac pensativa.
_ ¡Claro que sí! Debes recordarlo ¡Yo te amo! ¡Nos amábamos! Y… ¡Vas a tener un hijo mío!
_ ¿Amor yo? … ¡Jamás! Solo hay maldad en mi corazón_ se tocó el vientre_ ¡Es verdad! Puedo remediarlo con sabia pura de los árboles oscuros_ dijo.
_ ¡No!_ dijo Isaac sin poder contener las lágrimas_ ¡No lo hagas!
_ ¡Ah! ¿Esto te causa dolor?_ dijo ella mirándolo a los ojos con expresión melancólica y calmada_ ¡Yo haré que de verdad te duela!_ dijo gritando.
Y violentamente le rompió la camisa y con sus uñas negras, largas y filosas, le recorrió la cicatriz que tenía, cortándole la piel y haciéndola sangrar de nuevo, ante la mirada horrorizada de Isaac que no podía moverse.
_ ¡Apuesto a que esto te duele más!_ dijo clavándole uno de los cristales rotos del techo a profundidad en la cicatriz_ ¿Y tú dónde rayos crees que vas?_ gritó inmovilizando también a Amarilis que había intentado escapar mientras ella estaba distraída con el profesor_ ¿Eres tan estúpida de creer en verdad que vas a salir on vida de esta?_ dijo riéndose.
_ Yo… ¡Tengo un cristal que me protege! ¡No podrás hacerme nada!_ dijo con convicción Amarilis.
_ Ah, con que… ¿Te gustan los cristales?_ dijo sonriendo Neela_ ¡Entonces ten! ¡Te los regalo todos!_ gritó y rió a carcajadas.
En ese momento todos los cristales quebrados del techo del último piso fueron a clavársele en todo el cuerpo a Amarilis, la cual murió cortada por ellos y desangrada en unos instantes, antes de que pudiera siquiera gritar.
_ Neela, ¿Qué has hecho?_ dijo Isaac con tristeza.
_ ¡Solo maté a una basura inmunda! No creas que era la única ¡Tú también morirás!_ dijo sonriendo.
Y diciendo eso lo agarró del cuello con una mano.
_ ¡Será tu fin elfo!_ dijo riendo.
_ ¡Yo te amo y te perdono por esto!_ dijo Isaac resignado.
_ ¡Yo nunca voy a amarte! ¡Eres un estúpido si lo creíste! ¡Esta soy yo, siempre he sido yo!_ dijo.
En eso lo miró seria, como saliendo de un trance.
_ Creo que… te reconozco… ¡Sí, ya te recuerdo!
_ ¡Recuérdame! ¡Recuerda cuando éramos felices y hablábamos de formar una familia!_ dijo Isaac, esperando con todas sus fuerzas que talvez recapacitara y recordara lo que hubieron vivido.
_ ¡No! ¡No seas idiota! Tú eres el niño elfo que iba a matar hace cien años, ¡Justo antes de que Tarom me inmovilizara!... ¡Ahora sí que vas a morir!_ dijo y la esfera de luz oscura empezó a formarse en su mano.
_ ¡No!_ dijo Isaac con voz entrecortada.
Y sacando el conjuro en su mano lo insertó en el pecho de Neela.
_ ¡No! ¡Otra vez no!_ dijo ella soltando a Isaac del todo.
Este cayó al piso. Sin embargo y pese a que el conjuro había entrado en ella, seguía de pie resistiendo la fuerza del mismo.
_ ¡Esta vez no funcionará! ¡No podrán acabar conmigo!_ gritaba furiosa.
Isaac no sabía qué hacer; había perdido mucha sangre, estaba muy lastimado y ni qué decir herido. Sabía que lo que ella dijera ahora no lo decía en serio porque ella estaba poseída por la oscuridad, sin embargo, le dolía oírla.
El conjuro no funcionaba porque estaba incompleto por su culpa.
¿Qué podía haber que fuera tan puro que llevara el conjuro a su clímax?
En eso, recordó la flor Vitalix que Alix le trajera hace un tiempo. El elixir de esa flor estaba mezclado con la sangre de Alix, con su conjuro de amor y su sangre, y la sangre del hijo de ambos.
Su cuarto estaba a unos pasos de donde estaban. ¡Si tan solo pudiera llegar donde ella estaba y darle a Neela a beber el líquido de la flor!
Rápidamente se puso de pie y corrió hasta su habitación.
_ ¡No te será sencillo escapar!_ gritó Neela.
Y lanzó una onda de energía que hizo que Isaac derribara la puerta de su cuarto y cayera en el mismo al chocar con ella.
Tomó la caja con la flor adentro; seguía igual de azul y hermosa, como el día en que se la había dado Alix con tanta ilusión; pero… ¿Cómo haría que Neela tomara la poción?
Con el último resto de magia que quedaba en su cuerpo, lanzó una bola de energía que la aturdió y la tiró al suelo, a dos pasos de donde él estaba.
En ese momento tomó la flor de la caja y vertió el líquido en los labios de Neela y la obligó a tragarlo. Ella se puso en pie como si nada hubiera pasado.
_ ¿Quién te crees que eres para hacerme tomar porquerías?_ dijo ella furiosa, cortándole la piel del pecho con sus uñas.
En eso, sin saber por qué, ella se quedó inmóvil de pie y empezó a brillar de manera extraña; no era una luz oscura y amenazadora como la que siempre la rodeaba, era una luz cálida, suave y muy clara.
_ ¿Qué demonios me has hecho?_ gritaba ella furiosa.
_ Esto va a costarme la vida, pero si es para volverte a la normalidad y hacer que tú y mi hijo tengan una posibilidad de vivir, ¡Que así sea! ¡Yo te amo con todas mis fuerzas Neela! Por favor, ¡Vuelve a ser Alix!_ dijo.
Y acercándose a ella, la besó y entró en ella. Toda la energía negativa que había en ella, empezó a pasar al cuerpo de Isaac, limpiándola a ella en su totalidad, purificando cada rincón de su ser. En ese momento ambos eran uno solo, se veían como un solo ser luminoso.
En eso, el efecto del elíxir pasó, enviando a cada uno a extremos diferentes. Ella salió disparada y cayó a mitad del pasillo. Era Alix de nuevo. Él salió disparado contra una pared y cayó al suelo como un muñeco de trapo; se veía opaco y yacía muerto en el suelo. La energía negativa se había ido para siempre, no sin antes acabar con Isaac.
Todo estaba en un silencio espantoso.
Alix incorporándose, corrió en seguida a donde yacía el cuerpo inerte de Isaac. Estaba muy mal herido y golpeado.
Lo primero que hizo fue quitarle el cristal que le había hundido en el pecho. ¡Pobre Isaac, tanto la amaba que había sacrificado su vida por ella y por el bebé que ambos esperaban! Todo esto era demasiado para ella.
Empezó a llorar amargamente y se acostó sobre el pecho de Isaac. Su corazón no latía más y estaba todo lleno de sangre; sangre que ella había hecho salir.
_ ¡Isaac perdóname! ¡Yo te amo, de verdad te amo! ¡Si en mí estuviera darte parte de mi vida para que volvieras lo haría! ¡No se qué voy a hacer sin ti!... Te amo, ¡Perdóname!_ dijo.
Y se acercó a él y lo besó con todo el amor que le ahogaba el pecho.
En ese instante, ella comenzó a brillar de nuevo. Sintió que se elevaba y la luz salía de su cuerpo. Era algo que enceguecía a cualquiera que mirara. El cielo, la tierra, el Instituto, todo se llenaba de una luz blanca, clarísima. Sintió que la luz venía de su corazón y alguien le hablaba dentro de su mente.
_ Yo; soy la Iluminación misma, la luz que vence toda oscuridad. ¡Yo vivo dentro de ti!
_ No puede ser_ dijo Alix_ ¡La Oscuridad vivía en mi ser!
_ La luz y la oscuridad siempre van juntas. Una no existe sin la otra. De hecho, la oscuridad no es más que la simple ausencia de luz. Ahora tú eres la luz Anthea.
_ ¿Cómo me llamaste?
_ ¡Anthea, ese es tu nombre ahora! Neela ya no existe más; tampoco Alix que era el punto de unión de ambas. ¡Es que es tanto el amor que hay en ti ahora que ellas no volverán nunca!
Alix miró sus cabellos, ya no eran ni negros, ni rojos; sino blancos y brillantes y sus ojos hora eran de un celeste clarísimo, sus labios eran rosa pálido y sus alas eran de luz blanca, al igual que las de un ángel.
_ ¿Recordaré mi pasado?_ dijo Alix.
_ ¡Temo que no!_ dijo la voz.
_ ¡No quiero olvidar a Lucas que tanto bien me hizo!... ¡Tampoco quiero olvidar a Isaac y al hijo que esperamos!
_ Isaac es parte ya de tu futuro; él irá contigo siempre. En cuanto a Lucas, él no podrá saber nunca que existes. Para él, tú habrás muerto, no debes romper este equilibrio ahora… Antes de unirme contigo, ¿No hay algo que desees? ¡La flor Vitalix concede un deseo a quienes beben su elíxir en busca de una nueva oportunidad! ¿No lo sabías? Dime qué deseas, ¡Puede ser cualquier cosa!
_ Deseo que Isaac y los otros que murieron por mi magia oscura revivan y sean felices. ¿Se puede?
_ ¡Claro! El amor puro es infinito y lo puede todo_ dijo la voz_ Ahora, seremos una.
En ese momento la luz se hizo más intensa y la voz desapareció. Luego todo volvió a la normalidad.
Cuando miró hacia donde estaba Isaac, vio que este abría los ojos y habían sanado todas sus heridas. Este la miró extrañado y absorto. Luego dijo despacio:
_ ¿Cómo te llamas?
_ Anthea_ respondió.
_ ¡Eres la diosa de la luz! ¿Dónde está Alix?_ dijo Isaac mirando a todos lados.
_ Se ha ido. ¡Se ha ido para siempre, y también Neela!_ dijo la chica.
Isaac rompió a llorar desconsoladamente.
_ ¿Por qué lloras?_ dijo la chica pasándole con cariño la mano por la cara.
_ Porque la persona que yo amaba y mi bebé, el que ella esperaba, han muerto. ¡Has debido dejarme muerto a mí también!_ dijo amargamente.
_ Isaac, ¡Mírame! ¿No me reconoces?_ dijo la chica mirándolo fijamente.
Fue entonces que él la miró a los ojos y supo entonces que ella era Alix.
_ Pero, ¿Cómo?_ preguntó.
_ ¡Gracias a tu amor! La flor Vitalix ¿Recuerdas?
_ Entonces, ¿El bebé?
_ Sigue vivo dentro de mí. No le ha pasado nada.
Abajo todo era algarabía y regocijo. Miraron por la ventana y vieron a los Caballeros de la Orden de la Luz con vida, como si nunca hubieran muerto. Azalea besaba emocionada a Jeremy y los miembros del Consejo habían empezado a salir de donde estaban, lo mismo que los estudiantes que estaban escondidos. ¡Aquello era una celebración!
En eso volvieron a ver hacia la biblioteca y vieron a Amarilis muerta, desangrada y atravesada por una infinidad de cristales.
_ ¿Por qué ella no revivió?_ dijo Isaac.
_ Deseé que todos aquellos que hubieran muerto por la oscuridad de mi magia revivieran. Ella murió porque los cristales la cortaron, por eso ella no revivirá. ¡Lo siento!
En eso dijo pensativa:
_ Isaac… ¿Tú sabías del deseo de la Vitalix?
_ ¡No, no lo sabía!
_ Entonces, ¿Por qué lo hiciste, por qué moriste por salvarme si sabías que no había otro remedio para ti más que la muerte?
_ ¡Porque te amo! ¡Siempre voy a hacerlo!_ dijo emocionado besándola.
Ella lo miró seria y dijo:
_ ¡Ahora debo irme!
_ ¿A qué te refieres?_ dijo él inquieto.
_ Sabes que no puedo quedarme aquí, ¡Nunca me dejarían en paz!
_ Pero, es que si te vas ¿Qué voy a hacer yo? ¡No quiero estar sin ti!
_ Me iré lejos, donde nadie me conozca; ¡Talvez a un lugar cerca del mar, donde la gente vive más tranquila!
_ ¡Iré contigo!_ dijo con resolución.
_ ¿Qué pasará con tu vida aquí?
_ ¡No tengo vida aquí o en ningún otro lado si tu no estás!
_ ¡Bien! Búscame en la playa al atardecer dentro de dos días, si no llegas me iré y entenderé que decidiste quedarte aquí. Piénsalo.
_ En dos días estaré contigo, ¡No lo dudes!
_ Bueno… Ahora, debes decirles a ellos que la hechicera oscura y Alix desaparecieron para siempre. Nadie puede saber que son mi pasado y que yo vivo.
_ ¡Está bien! ¡Lo haré!
En eso Isaac miró por la ventana.
_ ¿Qué aquel no es Lucas?
Anthea lo vio desde arriba. ¡Sí, era Lucas! Seguro alguien le había avisado y él venía a salvarla.
_ Isaac, ¡Él no debe saber que sigo viva! Él tiene que rehacer su vida y esto le hará comprender que ya no volverá a estar cerca de mí nunca.
_ Él va a sufrir. ¡Yo sufriría!_ dijo Isaac.
_ ¡Es necesario! ¡Prométemelo! ¡No importa cuanto llore, no le dirás que estoy viva nunca!
_ ¡Lo prometo!_ dijo Isaac.
_ Ahora ¡Adiós!_ dijo Anthea besándolo_ ¡Piénsalo Isaac! ¡Piénsalo bien!_ dijo.
Y desapareció.
“_No hay nada que pensar”_ se dijo Isaac a sí mismo.
Cuando bajó al jardín donde estaban todos, traía una mirada triste y sombría.
_ ¿Qué ha sucedido?_ dijo la rectora.
_ Alix o Neela, como quieran llamarla, se ha ido_ dijo.
_ ¿Quieres decir que el conjuro la inmovilizó para siempre?_ dijo Lucas.
_ ¡No! Quiero decir que el conjuro no funcionó y tuve que usar la flor Vitalix de ella para completarlo y ella se deshizo con eso_ dijo llorando_ ¡Ha muerto, no volverá!
Lucas empezó a llorar desesperadamente y lo mismo Azalea, que en el fondo creía que podían volver a Alix a la normalidad y continuar todos felices ahora que Jeremy y los otros habían revivido.
_ ¡Dígame que no es cierto profesor, por favor, dígame que no es cierto!_ decía Lucas.
_ ¡Es cierto! ¡Lo siento!
_ Todo esto ha sido muy difícil para todos. Creo que necesita descansar ahora profesor_ dijo la rectora.
_ ¿Qué pasó con la señorita Amarilis?_ dijo la elfa del Consejo.
_ Neela la mató cuando se dio cuenta de que ella había restaurado sus poderes solo para poder controlarla, lo cual es imposible. Su cuerpo está en la biblioteca… ¡Que no la vea nadie, tuvo una muerte horrible!_dijo Isaac.
_ ¿Qué le pasó?_ dijo Azalea.
_ Neela la atravesó con los cristales del domo.
_ ¡Oh no! ¡Pobre Amarilis! Yo le dije que dejara en paz a Alix, pero nunca me hizo caso, y siempre estaba viendo cómo fastidiarla y hacerle daño. ¡El odio la tenía ciega!_ dijo Azalea con tristeza.
_ ¡Ha sido un verdadero milagro que todo acabara ya!, y como ya no hay nada que temer, mañana haremos una cena de gala en el Instituto. ¡Será una celebración por saber que Neela no volverá nunca! Y en memoria de la señorita Amarilis, quien, aunque en el final perdió la cordura, bien que mal era alumna de nuestro Instituto, y además no merecía morir y menos de esa manera_ dijo la rectora.
_ ¡Sí, será grandioso! Quédate Lucas, ¡Vamos a celebrar!_ dijo Jeremy a Lucas.
_ ¿Celebrar qué? ¡Por Dios! ¿Qué no lo ves? En una cena como esa la conocí; la besé por primera vez en este jardín. En una noche como esa le hice el amor por primera vez ¡Y nunca antes lo había hecho con nadie, o había siquiera amado a nadie! ¡Yo no tengo nada que celebrar! Y sí, pasaré aquí la noche por que es muy tarde para volver ahora, ¡Pero mañana me iré! ¡Nunca más quiero volver a este lugar!_ dijo.
Y mirando a Jeremy y a Isaac, que extrañamente también lloraba con tristeza, se fue a una de las habitaciones.
ESPERO TUS COMENTARIOS, ELLOS ME INSPIRAN A SEGUIR ESCRIBIENDO Y PUBLICANDO!!!
NO TE PIERDAS EL FINAL DE ESTA HISTORIA LA PROXIMA SEMANA!!
lunes, 1 de noviembre de 2010
REQUIEM
DEDICADO A MIS ABUELOS, QUIENES SE AMARON DE MANERA INCONDICIONAL EN VIDA, Y NO SOPORTARON ESTAR SEPARADOS (ELLA MURIO AL AÑO DESPUES) Y SE ENCONTRARON EN LA GRACIA DE DIOS. MAÑANA EN EL DIA DE LOS SANTOS DIFUNTOS SERAN RECORDADOS COMO SIEMPRE, COMO DOS PERSONAS QUE DEMOSTRARON LO QUE ES EL AMOR DE VERDAD.
REQUIEM
Te marchaste una tarde para no volver jamás, y ahora hay un vacio enorme en mi corazón. El llorar no me resuelve nada, porque tus ojos no tienen luz, y los míos ya no soportan tanto dolor. Porque tu corazón se detuvo y el mío arde infinitamente, porque aunque sé que duele estás en un lugar mejor y aún no es mi tiempo para alcanzarte. Porque no volveré a verte nunca más.
Y quise gritar que no te fueras, pero era tarde, quise alcanzar tu último suspiro, pero ya te habías ido para siempre. Y la soledad cayó sobre mí, haciendo que todo girase en torno a ti, y que aquellas fechas que eran especiales dejaran de serlo para siempre. El dolor no se consume, es un fuego eterno.
Quise oírte, quise mirarte, oírte y abrazarte, pero no se puede, ya no estás aquí.
Te fuiste, pero tu alma queda en mi.
Y en mis ojos, al mirarme al espejo veo los tuyos; en mi voz escucho tu voz y tus palabras; y en mi mente, puedo verte en un lugar feliz, donde eres una entidad plena, un ser de luz que ya no sabe lo que es el dolor y el sufrimiento.
Te siento en las tardes, al caer la lluvia o al besarme el sol. En el viento al soplar entre los árboles y al hacer volar mis cabellos. En los días en los que estoy sola, te siento, aunque no te veo y entonces entiendo: cuan únicos, irrepetibles y pequeños somos.
Nuestra vida se va volando como pompas de jabón al sol, dura un instante de felicidad, un instante de brillo y luego se apaga para siempre. Pero en nuestra memoria y a través de ella, las personas son eternas. Puede ser el recuerdo de un día perfecto en la playa, de un día triste en que estuvieron de tu lado, de un momento de alegría horneando galletas de navidad mientras cantamos villancicos, o simplemente de estar abrazados sin hacer nada. Las personas son eternas, viven para siempre en nuestra mente y nuestro corazón como en un pequeño álbum de fotografías, y es precisamente ese amor que sentimos por ellas lo que talves nos haga sentir deseos de vivir.
Porque cuando el amor es verdadero y puro, al desaparecer el objeto de afecto se vuelve en devoción incondicional y eso es lo que nos une para siempre con esa persona que ya no está, la esperanza de que algún día, al final de la nuestra, al cerrar los ojos a la vida y abrirlos a la Luz, podamos ver de nuevo aquellos rostros que representaron sin lugar a dudas, el amor de nuestras vidas.
Y entonces seremos dichosos, porque habremos terminado nuestro ciclo, y seremos completos por primera vez en nuestra existencia. Y entonces sabremos que ha llegado nuestro turno de ser eternos y desde donde estemos, mandaremos nuestro amor soplado a besos a quienes nos extrañen, para que sepan que, a pesar de las lágrimas y el dolor, la esperanza y el amor son el único camino para llegar a nosotros y de nuestra mano, al regazo de Dios.
SALMO 23
El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
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