lunes, 29 de noviembre de 2010
CAPITULO 3
III
LOS AMIGOS
No es que Yoshi tuviera “amigos- amigos” en el término estricto; el los consideraba más como compañeros de viaje o de lucha; ellos sabían que el era desapegado a todos en general y aún así lo aceptaban y lo consideraban su amigo.
El siempre había sido muy reservado con respecto a su vida; era hasta cierto punto huraño y a veces, daba miedo cuando en combate mataba a su contrincante con tanta frialdad como si no hubiera hecho nada y se dormía con gran facilidad.
Ellos solo sabían que hacía un tiempo había dicho que tenía una hermana, ¡Nada más! No quiso referirse a nada más, ni dar más detalles y la verdad, por el tono con el que lo había hecho nadie preguntó más.
Cuando estaban en algún sitio, el dormía aparte, casi siempre comía solo y no salía en los ratos libres. Sabían que no le gustaban las mujeres, en apariencia al menos, porque por lo general a ellos los acompañaban dos todo el tiempo: Helena, de cabello castaño, no muy bonita pero simpática. Ella era la novia de Jack, uno de los chicos del grupo. La otra chica era Darian, de cabellos rubios, ojos de color café, era la mejor amiga de Helena y la acompañaba a todas partes. A Yoshi no le gustaba hablar con ellas como todos los demás del grupo lo hacían, ni siquiera les dirigía el saludo o las alzaba a ver, era como si ellas no estuvieran y la verdad es que ellas ya estaban acostumbradas a la manera de ser de el y no le prestaban mucha atención. Sabían que no era malo del todo, pero que le gustaba que lo dejaran en paz.
En total, el grupo de amigos de Yoshi se componía de cinco jóvenes. El primero de ellos Caleb era por decirlo el jefe del equipo. Alto delgado de cabello rojizo claro y los ojos verdes. Casi nunca peleaba, pero cuando lo hacía, utilizaba poderes nunca antes vistos por las personas ordinarias. Se decía que era un demonio de más de cien años pero en realidad nunca nadie se había molestado en preguntarle si eso era verdad. Aparentaba veintitantos años y era justamente el, quien concertaba la participación del equipo en los diferentes torneos, claro está, después de haber cobrado un adelanto por participación y de haber asegurado que el equipo tendría un lugar para quedarse con suficientes comodidades, buena alimentación y sobre todo, privacidad.
El segundo de ellos era Aaron, que era un humano con buenos puños y con habilidad para manejar la espada. Al principio era un buscapleitos, pero su temperamento había ido cambiando con el tiempo; para sus dieciocho años había estado en muchas peleas, nunca había matado a nadie en combate y de los seis del equipo era el más débil. A veces, sacaba valor no se sabía de dónde, a veces se llevaba las peores palizas y como en dos ocasiones estuvo a punto de morir. Admiraba a su amigo Jack, porque, aunque este era también un humano, venía de una casta de ninjas y tenía tanta o más habilidad que aquellos con poderes especiales. Era alto no muy fornido, de ojos azules y cabellos castaños. Sus facciones no eran muy agraciadas que digamos, pero en sí no formaban un mal conjunto. Siempre decía alguna cosa sin sentido que provocaba risas o problemas, sin embargo, su carácter era afable y siempre estaba de buen humor.
El tercero de ellos era Jack, que como ya se dijo, venía de una familia de ninjas. Al quedar huérfano a los quince años, decidió emprender viaje y buscar destino. En uno de los pueblos en que estuvo, salvo a Aaron de morir ahogado y desde entonces fueron amigos. Tenían la misma edad y compartían los mismos gustos. Fue Aaron quien le presentó a Helena y desde entonces habían sido novios. Ella tampoco tenía familia y por eso se fue con el. Al escapar del orfanato, su amiga Darian se les había unido. Luego de una demostración de lucha en un pueblo, Aaron y Jack fueron llamados por Caleb, quien los invitó a formar parte del equipo con el que competiría en un torneo de mercenarios. Como la paga era buena, aceptaron y desde entonces, andaban con el.
El cuarto miembro del equipo era Eriol un chico que se veía siempre muy tranquilo, con imagen de pacifista. Tenía unos veinte años; alto, atlético, cabello color borgoña y ojos verde mar. No solo era muy hábil peleando, sino que sabía del manejo de armas, de artes marciales y tenía poderes especiales. Se decía que se había unido al equipo porque su madre se había vuelto loca y la habían recluido en un asilo y no tenía más parientes con quien quedarse. Se decía que era muy inteligente y que cursaba la universidad con años de anticipación y excelentes notas, y que era el favorito del profesorado… También se decía y de hecho los miembros del equipo y él mismo tenían la certeza de que el era la reencarnación del demonio Ariel, el justiciero de la Luna; un demonio cruel de ojos grises y cabellos celestes platinados, muy apuesto, pero increíblemente frío y cruel. Se dice que cuando un siglo atrás lo iban a quemar en una hoguera, les juró a todos que volvería del infierno y acabaría con la vida de todos y de sus descendientes… Desde hacía unos años Eriol se había dado cuenta de que tenía poderes extraños, fuera de lo común; que frecuentemente soñaba cosas que luego comprendió que eran recuerdos de su otra vida, vista a través de los ojos de Ariel. A veces, tenía temor de perderse a sí mismo y es por eso que con el tiempo, había aprendido a manejar y a contener sus poderes, para que estos no acabaran con su vida.
De todos los del equipo, Eriol era el que se llevaba mejor con Yoshi. Talvez porque los dos eran igual de reservados, solo que por distintas razones; en el caso de Yoshi era por huraño y desconfiado, pero en el caso de Eriol era por timidez y reserva. Eriol siempre estaba para ayudarlos a todos, ya que todos siempre confiaban en el. Era el más centrado del grupo y a la vez, de los mejores en pelea.
El quinto miembro era Jan. Jan era un demonio no muy alto, pero bien formado, de piel clarísima, ojos celestes muy claros y cabellos rubios casi blancos. Era uno de los demonios del hielo y usaba las técnicas de congelación y cristales para derrotar al enemigo. Era retraído y tímido, pero le gustaba estar con ellos porque lo hacían olvidar que había estado solo toda la vida y con ellos se sentía parte de algo. Se había unido al equipo luego de que todos los miembros del suyo murieron en una de las peleas a manos de demonios del otro equipo. Ellos le habían ayudado a sanar y el se había quedado con ellos.
A veces, al grupo se unían tres peleadores más: Mark un humano de unos veintidós años, medio fanfarrón y no tan buen peleador, pero increíblemente apuesto y con un cuerpo fascinante. El iba a los torneos porque las chicas se peleaban por hablarle y algunas damas ricas le pagaban por su compañía o para que peleara para entretenerlas. Tal parecía que sus cabellos dorados, su piel bronceada, sus dientes blanquísimos y sus ojos azul oscuro le tenían comprado el favor del público femenino. Sin embargo y con todo, aunque Jack era de piel morena y ojos y cabello oscuro y no tan llamativo como Mark también tenía a muchas mujeres que lo apoyaban por su manera de pelear, y el mismo Mark sabía que en cuanto a fuerza y pelea, Jack siempre le tenía ganada la batalla.
Otro de los que se integraba al grupo era River, un demonio que dominaba el viento. Sus cabellos eran verdes, era alto, fornido, con los ojos grises claro y siempre una sonrisa en los labios, siempre estaba riéndose, haciendo bromas y travesuras; pese a sus casi setenta años parecía un muchacho de unos quince y era como un niño pequeño, pero peleaba con fuerza y por eso a Caleb no le molestaba cuando se aparecía como refuerzo.
El último de los jóvenes era Haku, se veía también más joven de lo que era en verdad. Era un as con la espada, pero en cuanto a fuerza física no era nada fuera de lo normal. No le gustaba usar su fuerza máxima porque entonces su apariencia, que también atraía a las mujeres, se perdía. Su cabello seguía siendo negro y sus ojos violetas pero su piel se volvía amarillenta y se le salían un par de colmillos como de vampiro, arruinando su atractivo. Era bastante calmado y costaba hacerlo enojar, pero una vez transformado en su otra apariencia era feroz, intransigente y era capaz de matar a alguien bebiendo su sangre; pero esto era algo poco común, prefería perder y conservar su atractivo a transformarse delante de sus admiradoras y perder la batalla.
Yoshi se había unido al grupo después de su primera participación, que no había sido con ellos, sino con el equipo de Moira, un demonio de unos ochocientos años de cuerpo joven, con pinta de pirata, cabello corto en picos color fucsia y una enorme cicatriz que le cruzaba la cara desde la ceja izquierda hasta la barbilla cruzándole en diagonal y partiendo parte de la nariz y los labios. Era muy rápida, pero constantemente estaba encima de Yoshi; se veía que le gustaba él, pero a el esas atenciones lo incomodaban y prefirió irse a tener que seguir a su lado y soportarla. Ella sin embargo insistía cada vez que se encontraban en un torneo y no parecía importarle el hecho evidente de que el la rehuía. Ellos lo habían aceptado y sabían que era excelente con la espada. También sabían su secreto; aquel que no le había confiado a nadie, y que hasta cierto punto lo atormentaba.
Seguramente su padre no era un hombre común, sino un demonio, porque en ocasiones, cuando menos se lo esperaba su aspecto cambiaba y su piel se volvía escamosa y verde grisáceo y azulado y sentía un vacío dentro que lo descontrolaba y le hacía hervir la sangre; en esos momentos si tocaba algo lo hacía arder o lo volaba en pedazos. A veces, solo se transformaba, pero esto lo deprimía, sobre todo cuando veía su marca de nacimiento; la maldición, brillar en su pecho en color rojo escarlata. De esto solo Eriol sabía porque por lo general el usaba una prenda para cubrirla.
Definitivamente el era su mejor amigo. Solo el sabía lo de su hermana, lo de la marca y que volvería a la aldea de las amazonas días antes del torneo de mercenarios. De hecho mientras ahora todos estaban seguros de que él aparecería en cualquier momento, pero Eriol estaba preocupado, el sabía que era peligroso que Yoshi fuera a la aldea de las Amazonas y no le gustaba nada la idea de su retraso. Sabía que su hermana estaba deseando matarlo y se preguntaba una y otra vez dónde estaría ahora y si estaría bien. De todas maneras había pedido una habitación para Yoshi.
Dentro de la suite que tenían habían cuatro habitaciones con baño incluido cada una; dos a la izquierda y dos a la derecha. En el centro de ambas había una sala de estar y en esta un balcón hacia los jardines del hotel que daban a un bosque aledaño. Eriol había reservado la habitación de la izquierda con vista al bosque para Yoshi. Sabía que el dormía solo y que no aceptaba compartir habitación con nadie. Él, Aaron, Jack y Caleb dormirían en la de al lado; Jan, Mark, Haku y River en la del frente de ellos, y Helena y Darian, en la del frente de la de Yoshi, también con vista al jardín. Eriol no había dejado que nadie ocupara la habitación de Yoshi; con todo y su preocupación estaba seguro de que vendría.
Las chicas habían traído a una nueva amiga con ellas, y aunque parecía simpática, no sabía por qué no le gustaba ella. Era como si les mintiera o les ocultara algo, sea cual fuere el motivo por el que estaba ahí, no era solo por simple simpatía hacia las chicas; ella tenía dentro algo más, no sabía qué era y no le gustaba. Talvez era su mirada llena de rabia contenida, o talvez era su cabello de un color poco usual y llamativo, entre rojizo y morado.
¿Dónde rayos estaría Yoshi? Se preguntaba. Era de noche y esperaba verlo aparecer pronto. No podía dormir, esperaba que dónde quiera que estuviera, su amigo se encontrara bien.
BUENO LINDAS, Y PORQUE NO LINDOS, JAJAJAJA ESTAMOS EN PUBLICACION HOY PORQUE EL JUEVES VA A RESULTAR IMPOSIBLE, OJALA Y DISFRUTEN ESTE CAPITULO Y AQUI ME QUEDO ESPERANDO TUS COMENTARIOS!!!
Primero que todo dar las gracias a Angy del blog Out of the Blue, or estos maravillosos premios de Dia de Acvción de Gracias. Ella escribes poesias maravillosas así como cuentos de terror fantasticos. Si eres masoquista como yo y te gusta morirte de miedo debes visitar su blog, segurito te pone los pelos de punta!!!
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